miércoles, 16 de marzo de 2011

Sociedad Desechable

En el inicio de la era industrial todo el mundo se interesaba por el producto. Ya sea el bolso Hermés o la Malle Vuitton, los primeros aparatos de fotografía Kodak, los neumáticos Dunlop o la Coca-Cola. Entre otros productos que eran considerados exclusivos para un cierto tipo de personas. La alta costura pasó a ser más que una simple necesidad un objeto de Glamour y lujo tanto en las damas como en los hombres. Los cuarenta representaban el máximo auge de la elegancia y la feminidad. El glamour era aquel aire lujoso que se estremecía entre las personas que podían lucir y darse el gusto de poder obtener dichas prendas, escasas, de gran valor.


Hoy en día, las cosas no han cambiado mucho, el ser humano siempre tiene la tendencia de tratar de obtener artículos materiales que constan de un alto valor y poco poder adquisitivo por las personas. La mayor parte del tiempo, por el simple hecho de mostrar y modelar objetos materiales a una sociedad que vive día a día bajo una presión de consumo. Todo se basa en un argumento de quién puede tener o no tener dichos lujos. No solamente se alimentan egos, si no que este mal social que arropa a nuestra sociedad crea un estado de conformidad el cual ha creado un mundo de apariencias. Hoy se evalúan más a las personas por lo que tienen que por como son. Y es una realidad que al fin y al cabo tenemos que aceptar.


Sin embargo, hay objetos que para una persona normal son de uso cotidiano, y que para millones de personas son lujos inalcanzables. Hablamos del elemental alimento diario o el acceso al agua potable, que deberían ser algo disponible para todos los seres humanos, y que no lo son. O el acceso a tratamientos médicos, por poner otro ejemplo. Pues en el mundo, millones de personas mueren día tras día de enfermedades curables. A lo mejor tratamientos o procedimientos médicos, simples que para muchos de nosotros son nada. Mientras muchos gastan millones, en automóviles lujosos, mansiones, prendas de diamantes llamativos, costosas operaciones estéticas, artículos desechables u otra cosa, muchos simplemente carecen de recursos materiales, tanto como para simplemente saciar necesidades principales.


Y si me consta concluir que no se trata de no consumir artículos de lujo. Excelente por quienes pueden darse dichos gustos, más bien se trata de tener responsabilidad y actuar en consecuencia frente a situaciones que arropan la sociedad. Mi llamado es por la preocupación que nace en mi, de que muchas personas no crean conciencia sobre lo que les rodea. Y que por lo tanto, a lo mejor por querer vivir del lujo y las apariencias se olvidan de lo que realmente importa. Son sordos de oir la verdad y ciegos de ver la realidad que les rodea. Crean en su vida un espacio de ignorancia y le abren cabida a la vanidad. Por eso, crecen siendo seres vacíos, plásticos y motorizados a ser guiados bajo la sombra de los bienes materiales.



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